Sociedad de Consumo, algunas cuestiones.

Todos somos masomenos concientes de la problemática ambiental actual y en general vivimos una creciente concientización en lo social sobre estos temas, sin embargo, a pesar de toda la literatura y los proyectos escritos para hacerle frente, no es difícil darse cuenta que el problema crece a un ritmo superior que la solución misma, ya se sabe con certeza que si no se revierte el acelerado ritmo de deterioro actual los recursos de nuestro planeta irán de a poco desapareciendo uno a uno para siempre.

Vivimos una era donde los avances en la ciencia nos permiten calcular con exactitud la implicancia de nuestras acciones sobre el delicado equilibrio ecológico, y se perciben signos alentadores en el accionar de los organismos internacionales, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y civíles y del sector privado, pero, por otro lado las desiciones políticas muchas veces van para otro lado, por ejemplo, es cuasi cómico que siendo el mandato de Dios para el hombre el de cuidar el Planeta Tierra y sus seres vivos, en EEUU, que se dice ser un país con mayoría protestante, se hayan inviertido miles de millones de dólares en llegar a la Luna, si, a la Luna, a la vez que se profanaron los mares con la sobrepesca indiscriminada y cruel.

Algunas empresas se ponen la remera "verde" y demuestran una supuesta preocupación por la ecología, intentando vender así una imágen "ecológica", transfiriendo así todo el gasto que hacen en la "falsa" movida en pro del medio ambiente a las facturas de sus productos pero sin encarar desde el fondo el tema de la lógica ética ambiental sobre la cual funciona el sistema.

La sociedad de consumo en la cual vivimos está constituída por personas, instituciones privadas y gobiernos que no consideran ni un poquito las consecuencias ecológicas de sus acciones, tanto locales como globales, tanto inmediatas como a largo plazo. Un buen punto sería que los sectores gubernamentales pongan en funcionamiento marcos justos de incentivos y multas que promuevan la asimilación de prácticas ecológicamente sanas penalizando la utilización desmedida e inconciente de las riquezas naturales.

Los hábitos consumistas, el querer comprar comprar comprar, el querer tener 100 bolsos y el último celular de moda y demás conviven sobre la base de nuestro estílo de vida, por lo tanto, si queremos remediar nuestro impacto directo, debemos asumir un serio compromiso con un estilo de vida personal, familiar y comunitario no consumista, conformandonos con la sencillez y apostando contra la desidia.

Hoy en día una forma de resistir al espíritu consumista es no mirar TV ni escuchar radio, pero mejor sería que esos medios de comunicación se utilizaran para promover conciencia ambiental en la gente sobre el cuidado ambiental y para cambiar las modalidades no sustentables de producción y consumo. ¿Suena demasiado utópico?

Si, hablar de esto suena utópico, más que nada sabiendo que la raíz de la crisis ecológica se encuentra en la ambición, un mal que aflije la raza humana desde siempre, un mal que sólo puede ser enfrentado por Dios y por corazones altruistas y solidarios.

A todo esto hay que pensar que para bien o para mal esta situación en algún lado va a decantar, o nos encaminamos o contemplamos calmadamente nuestro fin, ya que con una "economía absurda", donde se consumen y destruyen las mismas bases de producción, sólo queda eso por esperar. Se trata de una verdadera "economía contra la naturaleza".

Si queremos cambiar esto necesitamos animarnos a dar un cambio radical.

Es posible.


Este artículo basa su estructura en la ponencia "Sociedad de Consumo y Mayordomía de la Creación" de Fernando Bullón, en el tercer panel del CLADE IV.

Comentarios

  1. Es realmente gracioso y triste a la vez como los seres humanos tenemos ese afán de destruir nuestra propia casa, es una paradoja que destruyamos la única casa que tenemos y que ademas de eso miremos hacia otro lado y nos encaprichemos en no cambiar ni siquiera un poco nuestra forma de vida, ya que con pequeños gestos podríamos hacer muchísimo, parte de ese mirar hacia otro lado es también el no involucrarnos por una cuestión de comodidad y no querer arriesgarnos.
    Debemos perder el miedo a involucrarnos y tomar parte en los momentos que podemos hacerlo, ya que si el cambio que queremos no lo generamos nosotros; entonces ¿quien lo hará?

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  2. Hoy estaba en el kinesiologo y me hace hacer unos ejercicios, me miro en el espejo y veo que mi pantalón (el que solo llevé para eso) estaba feo, y pensé que vergüenza todos bien vestidos yo con este pantalón y estas medias horribles, no como las puma cortitas que tienen todos los demás.. y después pensé, que tonta si total para venir a hacer fisioterapia una hora por día no hace falta tener un pantalón hermoso ni que sea de cierta marca.

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  3. Las estrategias publicitarias se esfuerzan por crear una ligazón entre mi identidad y los productos que consumo, si ando con ropa de moda, estoy en la onda, soy moderno, digno de recibir admiración por el sexo opuesto y demás pero si utilizo un pulover que era de mi papa soy anticuado, miserable, casi un croto..

    Debemos reaccionar, yo no soy lo que consumo!

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