El otro día hablando con unos amigos les comenté que desde hace un tiempo tengo guardado y apartado un dinero con el objetivo de darselo a alguien que lo necesite, pero todavía no se a quien, rápidamente surgió en la conversación la clásica pregunta:
¿Pero está bien darle dinero a los pobres que piden monedas en la calle y las esquinas o venden tarjetitas?
Es conocido el hecho de que muchos niños que piden son obligados a hacerlo, casi traídos al mundo para eso, por otro lado muchos adultos que piden son adictos a la droga o al alcohol y si les daríamos dinero estaríamos siendo cómplices de todo esto, potenciando a través de nuestro aporte económico su capacidad de dañarse a si mismos y de dañar a otros.
Después de un rato de intercambiar ideas concluímos que lo óptimo es "no darle dinero, sino ropa o alimentos, ya que de esa manera no nos volvemos inversores de sus graves prácticas pecaminosas."
Pero yo seguí pensando (Que raro en mi) y ahora me pregunto:
¿Porqué yo no le doy mi dinero a una persona, por el riesgo de que éste lo utilice para dañar, pero si puedo dárselo tranquilamente a alguna empresa que comete atrocidades ambientales de toda índole y en monstruosas magnitudes?
Por ejemplo, no me hago ningún cuestionamiento a la hora de comprar papel higiénico o pañuelos descartables siendo que más del 70% de la materia prima con que estos se fabrican provienen de selvas tropicales virgenes, que posiblemente fueron compradas por vías turbias y que nunca serán replantadas, significando ésto, hábitas enteros destruídos, especies extintas y consecuencias ambientales sencillamente irreparables.
La respuesta es simple, las empresas nos dan un producto/servicio que nosotros deseamos, los mendigos no, el mercado de una u otra manera satisface nuestras "necesidades", entonces ya no nos preocupa el destino de nuestros fondos, nos quedamos tranquilitos porque todo es legal, osea que evidentemente mi altruismo moral se debilita rápidamente y de repente huelo a hipocrecía.
Ahora bien, si la persona necesitada me quiere vender una tarjetita no se la compro, mejor le doy un sanguche, pero si esa misma persona, quizás bañada, con ropa nueva y detrás de un mostrador, me quiere vender un celular último modelo a buen precio no dudo en aportar para su causa sin pensar para que será utilizado el dinero que le de.
Ejemplos de estos hay miles, nuestras vidas están plagadas de ellos, yo por mi parte me indigno al saber que el yaguareté está arrinconado en los pequeños pedazos de selva misionera argentina, que pronto desaparecerá y se extinguirá por culpa de los desmontes realizados para plantar soja, me indigno mientras disfruto de una rica milanesa de soja con puré, siendo que soy yo quien paga el combustible de las topadoras que dejan a su paso desolación para la vida silvestre de nuestro país.
Me doy cuenta que al final de cuentas, valga la redundancia, yo soy gran y perverso inversor, todo un empresario del mal quizás, no tengo nada que envidiarles a los grandes empresarios mineros por ejemplo, y eso no me enorgullece en lo más mínimo. :(
Un conocido dicho ambientalista dice: "El peor pecado ambiental se comete en las góndolas del supermercado" y creo que es justamente asi jeje.
Para concluír, es claro que cada uno hace lo que quiere con su plata, pero tengo que saber que si soy de los que considero que está mal darle dinero a los pobres entonces es mi responsabilidad replantearme la pregunta: ¿Adónde va todo mi sueldo?
¿Pero está bien darle dinero a los pobres que piden monedas en la calle y las esquinas o venden tarjetitas?
Es conocido el hecho de que muchos niños que piden son obligados a hacerlo, casi traídos al mundo para eso, por otro lado muchos adultos que piden son adictos a la droga o al alcohol y si les daríamos dinero estaríamos siendo cómplices de todo esto, potenciando a través de nuestro aporte económico su capacidad de dañarse a si mismos y de dañar a otros.
Después de un rato de intercambiar ideas concluímos que lo óptimo es "no darle dinero, sino ropa o alimentos, ya que de esa manera no nos volvemos inversores de sus graves prácticas pecaminosas."
Pero yo seguí pensando (Que raro en mi) y ahora me pregunto:
¿Porqué yo no le doy mi dinero a una persona, por el riesgo de que éste lo utilice para dañar, pero si puedo dárselo tranquilamente a alguna empresa que comete atrocidades ambientales de toda índole y en monstruosas magnitudes?
Por ejemplo, no me hago ningún cuestionamiento a la hora de comprar papel higiénico o pañuelos descartables siendo que más del 70% de la materia prima con que estos se fabrican provienen de selvas tropicales virgenes, que posiblemente fueron compradas por vías turbias y que nunca serán replantadas, significando ésto, hábitas enteros destruídos, especies extintas y consecuencias ambientales sencillamente irreparables.
La respuesta es simple, las empresas nos dan un producto/servicio que nosotros deseamos, los mendigos no, el mercado de una u otra manera satisface nuestras "necesidades", entonces ya no nos preocupa el destino de nuestros fondos, nos quedamos tranquilitos porque todo es legal, osea que evidentemente mi altruismo moral se debilita rápidamente y de repente huelo a hipocrecía.
Ahora bien, si la persona necesitada me quiere vender una tarjetita no se la compro, mejor le doy un sanguche, pero si esa misma persona, quizás bañada, con ropa nueva y detrás de un mostrador, me quiere vender un celular último modelo a buen precio no dudo en aportar para su causa sin pensar para que será utilizado el dinero que le de.
Ejemplos de estos hay miles, nuestras vidas están plagadas de ellos, yo por mi parte me indigno al saber que el yaguareté está arrinconado en los pequeños pedazos de selva misionera argentina, que pronto desaparecerá y se extinguirá por culpa de los desmontes realizados para plantar soja, me indigno mientras disfruto de una rica milanesa de soja con puré, siendo que soy yo quien paga el combustible de las topadoras que dejan a su paso desolación para la vida silvestre de nuestro país.
Me doy cuenta que al final de cuentas, valga la redundancia, yo soy gran y perverso inversor, todo un empresario del mal quizás, no tengo nada que envidiarles a los grandes empresarios mineros por ejemplo, y eso no me enorgullece en lo más mínimo. :(
Un conocido dicho ambientalista dice: "El peor pecado ambiental se comete en las góndolas del supermercado" y creo que es justamente asi jeje.
Para concluír, es claro que cada uno hace lo que quiere con su plata, pero tengo que saber que si soy de los que considero que está mal darle dinero a los pobres entonces es mi responsabilidad replantearme la pregunta: ¿Adónde va todo mi sueldo?
Sinceramente.. Pues reflexione tanto. 1ro los que piden Monedas "pobres" o dragadictos, la respuesta de darle directamente esta bien (ropa, alimento, etc).
ResponderEliminarCon respecto a la empresa me parecio gracioso, un poco interesante saber que Todos somos complices no necesarios de las Empresas y su impacto ambiental...
No es el hecho solo de adquirir un producto o servicio, tambien esta que nuestro representantes deberian hacer cumplir la ley, y no lo hacen, curiosamente son socios de esas empresas, entonces porque hacerse perder dinero ellos mismos.
Ahora una empresa tiene 4factores... Considero q la mano de obra es la suprema pero no es necesaria en este mundo donde la gente busca trabajo... Explicando la idea Las empresas demanda mano de obra, la familia provee mano de obra... La empresa da la remuneracion, ahora si ese obrero que solo sabe hacer eso, que vive en supervivencia (y recuriendo a tarjetas)... No tiene muchas opciones ante la pregunta "si quiere o no trabajar"... Debe hacerlo...
Es curioso como somos complices